La Liberación del Perú: Un relato histórico de la independencia

La virreinato del Perú enfrentó una crisis significativa debido a varios factores, incluyendo la independencia de las 13 colonias en América del Norte, la Revolución Francesa en Europa, la invasión napoleónica de España y las rebeliones indígenas dentro del territorio nacional. Esta crisis brindó una oportunidad para que la aristocracia criolla desafiara el poder monárquico que gobernaba el territorio.

La invasión napoleónica de España en 1808 llevó al nombramiento de José Napoleón, también conocido como Pepe Botella, como el nuevo emperador con el título de José I. Sin embargo, los liberales españoles rechazaron esto y apoyaron la reinstauración del rey Fernando VII. Esta agitación política resultó en el establecimiento de la Junta de Gobierno General y la convocatoria de las Cortes de Cádiz de 1810 a 1813, lo que llevó a la promulgación de la primera constitución de América en 1812.

El virrey Fernando de Abascal del Perú tuvo la tarea de combatir y desmantelar las juntas de gobierno establecidas en toda América, excepto la de Buenos Aires. Esta resistencia desencadenó el movimiento liberador desde el sur, mientras que Perú luchaba con divisiones internas, falta de recursos militares y traiciones en su búsqueda de independencia.

El General José de San Martín reconoció la importancia de liberar a Perú del dominio español para consolidar la independencia de los países sudamericanos. Al presenciar los fracasos de expediciones anteriores, San Martín decidió liderar el 'ejército de los Andes' a través de la cordillera andina del sur, partiendo desde Mendoza, Argentina, para lanzar una nueva campaña de liberación peruana.

En 1819, una expedición naval bajo el mando del Lord inglés Thomas Cochrane fue contratada para bloquear el Callao y apoyar la llegada del ejército libertador en Perú. El escuadrón de Cochrane logró difundir con éxito el mensaje de independencia a lo largo de la costa, hostigó a las fuerzas realistas y capturó valiosos tesoros destinados a España, allanando el camino para la campaña de San Martín.

San Martín, con 4,000 hombres, desembarcó en Pisco el 8 de septiembre, estableciendo allí su primer cuartel general. El virrey Joaquín de la Pezuela intentó una negociación diplomática con San Martín después de enterarse de su presencia en el sur.

El 5 de octubre, San Martín ordenó al General Arenales encender el espíritu patriótico en las provincias del interior de Perú y reclutar soldados para las fuerzas liberadoras. Arenales logró incorporar a miles de indígenas, iniciando la campaña hacia las montañas.

El 6 de diciembre de 1820, tuvo lugar la 'batalla del cerro', que resultó en una espléndida victoria para los patriotas y una profunda decepción en la opinión española. Esta victoria se sumó a la pérdida anterior de 'La Esmeralda', debilitando aún más la moral española.

San Martín creía necesario crear una bandera que simbolizara la nueva nación peruana. Escogió los colores rojo y blanco de las banderas chilena y argentina, respectivamente, ya que estas naciones habían apoyado la independencia del Perú. La bandera sufrió varias variaciones de diseño antes de llegar a su forma final en febrero de 1825.

El 12 de noviembre de 1820, San Martín desembarcó en Huacho y estableció su segunda sede en Huaura. Se enteró de la independencia de Guayaquil, un golpe significativo para la corona española. El Batallón Numancia de Nueva Granada reforzó el bando patriota, con uno de sus líderes, Tomás Heres, cambiando de lealtad.

San Martín hizo la primera proclamación de independencia en suelo peruano en Huaura el 27 de noviembre de 1820. Esto fue seguido por declaraciones en Trujillo, Piura, Cajamarca, Chachapoyas, Jaén y Maynas. El entusiasmo por la independencia se extendió a pueblos ocupados por el General Arenales.

El virrey La Pezuela enfrentó intrigas y desacuerdos entre sus pares, lo que llevó a la sublevación de Aznapuquio el 29 de enero de 1821. La sublevación resultó en la renuncia de La Pezuela a favor de José de la Serna, quien se convirtió en el nuevo virrey del Perú.

El Coronel José Carratalá, bajo el Virrey La Serna, cometió actos de crueldad en provincias simpatizantes con la causa patriota, dejando un legado de derramamiento de sangre y destrucción en Lucanas, Parinacochas, Cangallo y otras regiones.

En 1822, San Martín ordenó la reconstrucción del pueblo de Cangallo, que había sufrido barbarie. El gobierno de Buenos Aires decidió entonces nombrar una de las mejores calles de la ciudad en honor a Cangallo.

Capitán de fragata Manuel Abreu fue enviado por la corona española para reunirse con San Martín en Huaura el 25 de marzo de 1821. Esto llevó a la formación de una junta de pacificación e instó al virrey La Serna a negociar con el libertador para poner fin al conflicto armado.

El 2 de junio de 1821, San Martín y el Virrey La Serna se reunieron en la hacienda de Punchauca cerca de Lima. Los patriotas propusieron pedir a España un príncipe para gobernar Perú de forma independiente pero constitucional, propuesta que fue rechazada por el virrey, lo que llevó a no llegar a un acuerdo.

San Martín consideró la idea de una monarquía constitucional debido a la anarquía en Buenos Aires y los horrores de la guerra civil. Creía que este sistema podría traer estabilidad y orden a la región.

El virrey La Serna decidió trasladarse al interior del país a medida que San Martín se fortalecía en la costa. La Serna marchó con su ejército desde Lima hasta Cusco, estableciendo allí su centro de operaciones en medio de la desorganización y el caos en la capital.

El 9 de julio de 1821, José de San Martín ingresó a Lima y estableció su campamento en la ciudad de Mirones. La caída del antiguo régimen se simbolizó destruyendo bustos y armas reales, reemplazándolos con símbolos de independencia. El 'juramento de independencia' se llevó a cabo el 15 de julio, con la independencia del Perú proclamada oficialmente el 28 de julio.

El 3 de agosto de 1821, San Martín se declaró 'protector' del Perú y nombró ministros de Relaciones Exteriores, Guerra y Marina, y Finanzas. A pesar de no gustarle el mando político, aceptó el cargo con la condición de renunciar una vez que el Perú fuera libre.

El almirante Cochrane no estuvo de acuerdo con el nuevo papel de San Martín como 'protector' y se apoderó de tesoros públicos en un altercado. Esto llevó a tensiones y a la eventual partida de Cochrane hacia Chile, llevándose consigo fragatas peruanas.

Después de la invasión española, las antiguas intendencias en Perú, bajo el nuevo gobierno, confiscaron los bienes y propiedades de los españoles que no cumplían, liberaron a los indígenas de tributos y servicios forzados, y promulgaron la ley de 'vientres libres' el 28 de julio de 1821, asegurando que nadie nacería esclavo. Estas medidas fueron detalladas en el Estatuto del Gobierno Provisional, estableciendo la base legal del protectorado.

En Perú, varias reformas y establecimientos se llevaron a cabo bajo el nuevo gobierno, incluyendo la creación de 'La Orden del Sol' como una condecoración para individuos distinguidos, la promoción de la libertad de imprenta y comercio, la selección del himno nacional, el establecimiento de la primera biblioteca nacional, la creación de la Guardia Cívica y la fundación de una escuela normal para hombres para formar maestros con métodos pedagógicos innovadores.

En el norte de América del Sur, todavía había bastiones realistas que combatir, como en Quito y Pasto. El General Antonio José de Sucre tenía como objetivo agregar la ciudad de Guayaquil a Colombia, pero primero tenía que derrotar al ejército español. Para ayudar en este esfuerzo, el General San Martín envió una división liderada por el Coronel Andrés Santa Cruz, que capturó con éxito las provincias de Cuenca y Loja.

En 1822, San Martín buscó establecer una monarquía constitucional en Perú y formó la Sociedad Patriótica de Lima para obtener apoyo de la clase ilustrada. Mientras algunos abogaban por un sistema monárquico, otros apoyaban la causa republicana. San Martín también envió comisionados a Europa para negociar préstamos para el esfuerzo de guerra y propuso que el Príncipe de Sussex Cobourg o un heredero de la monarquía británica fuera coronado Emperador de Perú.

A pesar de la planificación estratégica, la división peruana bajo el mando del Coronel Santa Cruz sufrió contratiempos en la campaña contra el Virrey La Serna. Una división liderada por Domingo Tristán y Agustín Gamarra fue emboscada y diezmada por los realistas cerca de Ica. Además, fuerzas guerrilleras lideradas por Cayetano Quirós fueron capturadas y ejecutadas por las fuerzas realistas, resaltando los sacrificios hechos en la causa de la independencia.

La Batalla de Pichincha tuvo lugar el 24 de mayo de 1822, con el realista Aymerich capitulando al día siguiente, lo que llevó a la entrega de la ciudad de Quito. Esta victoria selló la independencia de Colombia y originó la renovación de conversaciones entre Simón Bolívar y José de San Martín.

Bolívar y San Martín sostuvieron una reunión muy esperada el 26 y 27 de julio de 1822, para abordar cuestiones decisivas para la libertad definitiva de América del Sur. Discutieron la forma de gobierno para las nuevas naciones, con San Martín apoyando una monarquía constitucional y Bolívar prefiriendo inicialmente una república centralista, para luego inclinarse hacia el federalismo.

Después de destituir a Torre Tagle por ineptitud, San Martín retomó su posición como protector del Perú. Convencido de que su presencia impedía a Bolívar viajar a Perú, San Martín escribió una carta a Bolívar informándole de su partida a Chile, abandonando su cargo y convocando el primer congreso el 20 de septiembre de 1822.

El 20 de septiembre de 1822, San Martín cumplió su promesa al renunciar como protector de Perú y prepararse para partir. Se dirigió al congreso, expresando su esperanza por su éxito y felicidad. San Martín rechazó la mayoría de los títulos y beneficios, aceptando solo el título de Generalísimo de las tropas de mar y tierra de la nación.

San Martín, el fundador de la libertad de Perú, dejó el país para siempre, embarcando incógnito. Cumplió sus promesas al pueblo, asegurando su independencia y dejando la elección de sus gobiernos a su voluntad. San Martín enfatizó la importancia de la representación nacional para el éxito y la felicidad del pueblo peruano.

Un año después, llegó un nuevo libertador con la intención de convertirse en dictador y luchó contra La Serna por el control del territorio peruano. Esto marcó un cambio significativo en el panorama político de Perú después de la partida de San Martín.